¿Qué elementos
propios de los métodos activos de la enseñanza de la música son utilizados en
el aula chilena?
Para comenzar, y tal
como mencionan Bernal y Calvo (2000) “la Música siempre ha ejercido una
poderosa influencia en el ser humano, lo ha acompañado a lo largo de su
existencia presenciando los momentos más significativos de su vida” (p.212). A
partir de ello surge la importancia de enseñarla en la escuela, pues posee una
multiplicidad de beneficios para los estudiantes, como proporcionar mejorías en
diversas áreas del desarrollo y optimizar el rendimiento académico (Casas,
2001).
Es por ello que la
enseñanza de la música ha sido incluida en el curriculum nacional, el que está
compuesto por diversos contenidos que deben ser enseñados a los estudiantes.
Así, surgen algunas metodologías que surgieron a finales del siglo XIX luego
del nacimiento de las
Escuelas Nuevas. Estos “métodos activos” tomaban como base al niño para desarrollar su individualidad y
creatividad. Entre sus creadores se encuentran: Dalcroze, Orff, Kodaly, entre
otros (Bernal et al., 2000).
Así, si se revisan
los Planes y Programas (MINEDU, 2003)
desde Primero a Sexto básico se podrán encontrar numerosos elementos propios de
cada método de enseñanza, sin embargo, no existe un conocimiento por parte de
los profesores sobre los elementos que componen estos procesos incluidos en el
curriculum nacional y que son utilizados diariamente en la sala de clases.
Por su parte, la
enseñanza del folklore regional como recurso de expresión es un eje transversal
en los cursos mencionados en donde los estudiantes deben participar en danzas y
juegos, así como también respecto a la música popular y docta. A partir de
ello, se vislumbran elementos del método Kodály pues su trabajo se basó
principalmente en la inclusión de la música folklórica húngara en el sistema educativo en el que trabajaba, considerándola como la
lengua materna del niño (Pascual, 2002).
Del mismo modo, el
canto como expresión musical es otro eje transversal, considerando que en Sexto
básico se introduce el canto a una y dos voces, a capella y con acompañamiento
instrumental (MINEDUC, s.f), pues el canto es el elemento principal del método
Kodály, ya que la voz humana es el instrumento más perfecto, bello y accesible
para todos. Así, la práctica del canto surge como la base de toda la enseñanza
musical (Pascual, 2002).
Finalmente, otro de
los elementos del método descrito que se puede encontrar en los contenidos
incluidos en los Planes y Programas (MINEDUC, s.f) correspondientes al
Subsector de Artes musicales es la pentafonía referida al dominio melódico y
rítmico en compases binarios y ternarios situados en Sexto básico.
Prosiguiendo con la
misma lógica, la presencia del método Orff también se hace presente en el
curriculum nacional considerando que él propone un sistema educativo musical en
donde prima la palabra, la música y el movimiento que se practican a través de
los siguientes elementos musicales: ritmo, melodía, armonía y
timbre. Esta metodología se lleva a cabo
utilizando el propio cuerpo e instrumentos creados (Pascual, 2002). Así, es
posible mencionar que la expresión creativa a través del cuerpo y de
instrumentos de percusión es otro eje transversal a los cursos analizados,
incluyendo en Tercero y Cuarto básico instrumentos de viento y en Quinto y
Sexto instrumentos de cuerda.
Por otro lado, una de
las innovaciones de este método es considerar el cuerpo como un instrumento
musical, considerando los cuatro planos sonoros: pitos o chasquidos de dedos,
palmas, palmas en rodilla y pisadas las que presentan diversas posibilidades
didácticas. Del mismo modo, se trabajan las formas musicales elementales como
el eco, ostinato, canon, lied, preguntas y respuestas (Pascual, 2002).
Lo anterior es
posible evidenciarlo en la enseñanza de juegos rítmicos como ecos, preguntas y
respuestas en Primero y Segundo básico enfocándola en la ejercitación
independiente o como acompañamiento coral (MINEDUC, 2003). Del mismo modo, en
Tercero y Cuarto básico se trabaja el lenguaje musical dirigido a la enseñanza
de la representación escrita del ritmo y la melodía (MINEDUC, 2003).
Por otro lado, en la
educación musical chilena actual se encuentra presente la educación del oído
que es posible a partir del aprendizaje de las propiedades del sonido, como el
timbre, intensidad, altura y duración, y su organización que incluye el ritmo,
melodía, armonía, forma, timbre e intensidad. De esta forma se pretende que el
estudiante discrimine y reconozca auditivamente los elementos del sonido, desde
Primero a Sexto básico de forma progresiva y aumentando su complejidad
(MINEDUC, 2003).
Este contenido se
originó mediante la metodología Dalcroze, en la que se considera la función
auditiva como primordial en los niños y persigue crear la audición
interior, estimular la lectura a primera vista y trabajar la notación y teoría
musical. Una adecuada educación auditiva supone ejercitar al niño en relación a
distinguir diferentes valores de las notas (Pascual, 2002).
En conclusión, es
posible mencionar que los “métodos activos” de enseñanza de la música se
encuentran presentes de manera implícita en el desarrollo del curriculum
nacional escolar fomentando la importancia de la enseñanza de la música en la
etapa escolar, comenzando por la utilización del propio cuerpo como instrumento
de percusión, prosiguiendo con la inclusión de instrumentos musicales y el
fomento del lenguaje musical respondiendo al desarrollo cognitivo y motriz de
cada estudiante.
Es por ello que los
profesores, tal como menciona Garretson (s.f), deben comprender los objetivos
de la educación además de su utilidad y propósitos que se deben cumplir al
momento de incluir la música en el plan de estudios nacional, así como el
origen y fundamentos pedagógicos de los métodos que son empleados en las aulas
al momento de enseñar música, comprendiendo no solo el cómo la enseñan, sino
también el por qué de su enseñanza.
Referencias
bibliográficas
Bernal, V. J,
Calvo, N. L. (2000). Didáctica de la Expresión Musical. En: Fundamentos
didácticos en las áreas curriculares. (pp.209-248). Ed: Síntesis.
Casas, M. V.
(2001). ¿Por qué los niños deben aprender música?. (pp. 1-15). Ed: Colombia
Médica.
Garretson,
R. (s.f). La música en la educación infantil. (pp.1-7).
MINEDUC. (2003).
Programa de Estudio Educación Artística Primer año básico. Santiago, Chile.
MINEDUC. (2003).
Programa de Estudio Educación Artística Segundo año básico. Santiago, Chile.
MINEDUC. (2003).
Programa de Estudio Educación Artística Tercer año básico. Santiago, Chile.
MINEDUC. (2003).
Programa de Estudio Educación Artística Cuarto año básico. Santiago, Chile.
MINEDUC. (s.f).
Programa de Estudio Educación Artística Quinto año básico. Santiago, Chile.
MINEDUC. (s.f).
Programa de Estudio Educación Artística Sexto año básico. Santiago, Chile.
Pascual,
P. (2002). El método Dalcroze. En: Didáctica de la Música. (pp.100-119).
Ed: Pearson.
Pascual,
P. (2002). El método Kodály. En: Didáctica de la Música. (pp.122-149).
Ed: Pearson.
Pascual,
P. (2002). El método Orff. En: Didáctica de la Música. (pp.204-228). Ed:
Pearson.